1. El Astrónomo’, de Johannes Vermeer, es tal vez una de las obras más icónicas e importantes robadas por los nazis. Pertenecía a la prestigiosa colección Rothschild.Wikimedia CommonsColección Rothschild: una de las más importantes de Europa, con base en Francia, avaluada en varios millones de dólares. Muchas de sus obras terminaron dispersas por Europa, Estados Unidos y América Latina. Pertenecía a Henry, Edmond, Alexandrine y James Armand de Rothschild. Cuando los alemanes ocuparon Francia, fue rápidamente guardada y escondida en cajas fuertes de varios bancos franceses, por lo que nunca hubo tiempo de hacer un inventario completo de la colección.
  2. Colección de Paul Rosenberg: compuesta de cientos de pinturas, dibujos y grabados, era una de las más importantes y reputadas de Francia y toda Europa. Estaba avaluada en más de 7 millones de francos franceses de la época. Con el ascenso de los nazis al poder y el comienzo de la guerra, la mayoría de los Rosenberg emigraron a Nueva York, donde montaron una prestigiosa galería de arte y desde la cual comenzaron a luchar por la restitución de las obras robadas.
  3. Colección Wassermann: tenía cerca de 75 pinturas, la mayoría de artistas europeos del siglo XVII.
  4. Colección Hamburguer: de Holanda, compuesta por 39 pinturas y grabados, la mayoría de artistas neerlandeses de los siglos XVII y XVIII.
  5. Colección Flavian: se estima que eran 25 pinturas y decenas de dibujos de Courbet, Monet, Millet y Utrillo, entre otros.
  6. Colección Kronig: perteneciente a un holandés que vivía en Mónaco, tenía unas 30 pinturas de artistas franceses e italianos.
  7. Colección Bernheim-Jeune: una de las más importantes colecciones de arte judío de Francia, buena parte de ella terminó en manos de distintos galeristas y comerciantes suizos, vinculados con el nazismo.
  8. Colección Schloss: robada directamente por el tristemente célebre Bruno Lohse, oficial de la SS y mano derecha de Kurt von Behr (director de la ERR, encargada de todo el saqueo en Francia) en cuestiones de arte; la mayoría de sus pinturas fueron enviadas directamente a Goering.
  9. Colección Seligman: propiedad de un importante comerciante judío y de ciudadanos estadounidenses, no judíos, que dejaron en Francia la mayoría de las obras que les pertenecían cuando estalló la guerra.
  10. Colección de David Weill: robada en abril de 1941 era, así como la de Paul Rosenberg, una de las más grandes y respetadas colecciones de arte de Francia y toda Europa. Entre la valiosa colección había decenas de grabados y pinturas chinas.
  11. 2. La obra ‘Adán y Eva’, de Lucas Cranach ‘El Viejo’, era una de las más de 1.300 pinturas de la colección Goudstikker, de Holanda.Wikimedia CommonsColección Goudstikker: la más importante colección de arte de Holanda robada por los nazis, estaba compuesta de casi 1.300 pinturas tanto de viejos maestros, entre ellos el cuadro “Adán y Eva” de Lucas Cranach ‘El Viejo’, como de muchos modernos, como Matisse y Picasso. Fue “comprada” a Jacques Goudstikker en el verano de 1940 por Alois Mield, agente personal de Goering. Se cree que varias de las 200 pinturas de la Colección Goudstikker que fueron trasladadas a España durante la guerra, habrían terminado en América Latina.
  12. Colección Heilbronn: entre las pinturas robadas de la colección había algunos Renoir, Monet y Boucher.
  13. Colección Hirsch: robada del Banco de Francia en 1941, incluía 30 pinturas y dibujos, esculturas y hasta una partitura original de Richard Strauss.
  14. Colección Jaffe: pertenecía a un judío inglés que vivía en Suiza. Fue robada y subastada en 1942. Muchas de sus pinturas luego terminaron siendo vendidas en Suiza.
  15. Colección Meyer: compuesta de 13 pinturas, entre ellas un Renoir, un Utrillo, un Pisarro, un Dearin y un Bonnard.
  16. Colección Hamperzounian: el dueño era un comerciante de origen armenio, amante de Van Dyck, Canaletto y Puga, entre otros artistas.
  17. Colección de Alfred Flechtheim: Flechtheim era uno de los más importantes marchantes y coleccionistas de arte moderno en Europa cuando estalló la guerra (fue dueño, entre 1922 y 1931, de cuatro galerías en Alemania y una en Austria) y representaba a artistas como George Grosz y Pablo Picasso. En 1933, sus galerías comenzaron a ser saqueadas por los nazis y Alfred huyó, primero a París y luego a Londres, donde murió en 1937.
  18. Colección Emden: Max, el patriarca de la familia, era uno de los comerciantes más ricos de Hamburgo cuando comenzó la guerra. De familia judía, también tenía la nacionalidad suiza. El mismo Max fue obligado a venderle a Hitler tres obras de Bernardo Bellotto, en 1938. Hans Erich, su único hijo, llegó a Chile a comienzos de los años 40, escapando de la guerra. Hoy, Juan Carlos Emden, uno de sus nietos, lidera la batalla de su familia por recuperar lo que les pertenece.
  19. Colección Bernheimer: la familia Bernheimer ya era, en los años 30, la que más sabía de arte en toda Alemania. Todas las propiedades de la familia, incluida su colección de obras artísticas, fueron saqueadas por los nazis en 1938, en Munich. Cuando esto sucedió, el patriarca de la familia, Otto, era cónsul de Alemania en México. Durante la guerra, Goering les impuso a los Bernheimer una condición para poder emigrar a Venezuela: comprarle a una tía de Goering, a un precio leonino, una finca cafetera en el estado Táchira. Hoy, los Bernheimer son de nuevo una de las dinastías más importantes del arte mundial, con su galería en Munich y uno de los miembros de la familia (Konrad, nacido en Venezuela) como director de la feria de arte y antigüedades más importante del mundo: la TEFAF de Maastricht (Holanda).
  20. Colección Oppenheimer: Jakob y Rosa Oppenheimer fueron dueños desde 1929 de la Galería Van Diemen en Berlín, donde en 1922 se expuso por primera vez una muestra de arte ruso. En 1933, el régimen nazi cerró la empresa de Oppenheimer, a la que pertenecía también la galería de arte y subastó luego de manera ilegal todas las obras de los Oppenheimer, quienes se exiliaron primero en Francia. Al llegar las tropas alemanas, trataron de huir, pero ambos fueron detenidos y enviados a distintos campos de concentración y no sobrevivieron al fin del conflicto. Una de sus herederas, hoy de 80 años, vive en Buenos Aires, y junto con otro heredero radicado en La Florida (Estados Unidos), han recibido las pocas obras devueltas hasta ahora, tras muchos años de dar la pelea por recuperar lo que alguna vez fue de su familia.
  21. Colección Westheim: Pertenecía al crítico de arte Paul Westheim, quien se refugió en México el 16 de diciembre de 1941, tras su paso por cuatro campos de concentración en Europa. En Berlín sufrió el robo de más de 50 pinturas y esculturas y unos 3 mil grabados y acuarelas, de prestigiados expresionistas alemanes como Oskar Kokoschka, Otto Dix, Otto Müller, Paul Klee y Max Pechstein, mientras que en su casa en París, la Gestapo le confiscó todos sus bienes. Hoy, su única heredera, que vive en México, da la pelea por la restitución del tesoro saqueado.