En 1863, Venezuela fue uno de los primeros países del mundo en abolir la pena de muerte, un ejemplo que poco a poco el resto de América Latina ha seguido. Hoy, solo Cuba y Guatemala mantienen la ejecución capital. Pero de manera preocupante en los últimos meses en Brasil, Venezuela, El Salvador o Colombia se han denunciado casos en los que la policía o el ejército matan supuestos delincuentes, desarmados, esposados o ya sometidos. Aunque para muchos son escandalosas violaciones de los derechos humanos, otros piensan que con tal de combatir la inseguridad, todo vale.
El 12 de agosto pasado, El Nuevo Herald de Miami reveló un impresionante video, que muestra a un grupo de policías del estado venezolano de Aragua asesinando a sangre fría un hombre detenido e indefenso.
Ahí se ve claramente como dos agentes agarran el prisionero de los brazos, mientras que otro uniformado lo encañona y le dispara. Los policías tratan después de acomodar el muerto para arreglar la escena del crimen. En el video, grabado desde un edificio vecino, también se observan tres cadáveres más.
Poco después del operativo, varios diarios reportaron la versión oficial.
Ultiman a cuatro delincuente en Zona Industrial de Aragua #Sucesos http://t.co/3LCRvThe8P pic.twitter.com/uE45qK8e9p
— Diario 2001 (@2001OnLine) agosto 6, 2015
A raíz de la denuncia del Nuevo Herald, las autoridades venezolanas arrestaron a ocho policías y prometieron investigar el crimen.
Cinco funcionarios de la Policía de Aragua son investigados por violación a los DDHH http://t.co/GTjtagC4Z2
— Ciudad MCY (@CiudadMCY) agosto 14, 2015
Pero la polarización que vive Venezuela inevitablemente politizó el debate.
disparar primero, preguntar después…muchos aplauden las ejecuciones que hizo policia de Aragua.¿sabrán cuantos inocentes caerán?
— Guasóp (@arrozconmango09) agosto 14, 2015
Bastantes “cursos en DDHH”, con alto presupuesto, se dieron a la policía de Aragua. Debería motivar una reflexión profunda
— Rafael Uzcátegui (@fanzinero) agosto 14, 2015
En El Salvador el periódico digital El Faro reveló que en un operativo de marzo pasado, la policía asesinó un grupo de pandilleros en una finca cafetera.
#SalaNegraEF | Hechos reconstruidos por El Faro revelan indicios de ejecuciones sumarias > http://t.co/cgzUXeKrFG pic.twitter.com/enHun8YGHJ
— elfaro.net (@_ElFaro_) julio 23, 2015
En marzo la policía afirmó que los delincuentes los atacaron y que ellos se limitaron a repeler el ataque. En el tiroteo habrían muerto los ocho pandilleros.
#LoÚltimo | Los ocho pandilleros muertos planificaban masacre en repudio a marcha por la paz | http://t.co/UH0goiCye9 pic.twitter.com/PY244D3tvP
— Diario1.com (@diario1_sv) marzo 27, 2015
Pero los periodistas de El Faro, después de cruzar testimonios y consultar expertos, concluyeron que los policías ejecutaron los jóvenes y después manipularon la escena del crimen para ajustarla a su versión.
Hace unas semanas David Morales, el procurador para la Defensa de Derechos Humanos pidió una investigación seria sobre estos hechos. Sin embargo por esta denuncia han llegado preocupantes amenazas a El Faro. http://www.elfaro.net/es/201508/noticias/17263/El-Faro-denuncia-amenazas-contra-sus-periodistas.htm
The journalists at @el_faro have received death threats after alleging #PNC involvement in #SanBlas killings. https://t.co/FolgsL7TWT
— CIP Latin America (@CIPLatinAmerica) agosto 14, 2015
El Faro dijo que no se trata de proteger a las pandillas. Todos lo contrario, en un editorial escriben que “es urgente sacar a la Policía de esa dinámica perversa y exigir que se ate con fuerza a la ley”. Pues es la única manera de romper verdaderamente con el ciclo de violencia.
Lea el editorial de El Faro “Hay que salvar la Policía” > http://t.co/n7uLDMiFfe pic.twitter.com/vcus8sKHky
— elfaro.net (@_ElFaro_) julio 23, 2015
En Brasil, a principio de agosto la organización Amnistía Internacional, publicó el informe “Mataste a mi hijo”. Ahí denunció que el 16% de asesinatos registrados en los últimos cinco años en Río de Janeiro eran culpa de la policía, lo que supuso 1.519 homicidios policiales.
“You killed my son – Homicides by military police in the city of Rio de Janeiro” full report: http://t.co/pS1Yd182gv pic.twitter.com/27wJvsYUMQ
— AnistiaInternacional (@AnistiaOnline) agosto 3, 2015
Como explicó Renata Neder, investigadora del estudio: “La lucha contra las drogas en Río de Janeiro es utilizada para justificar un uso innecesario y excesivo de la fuerza que viola los derechos humanos”.
Exija justiça para Eduardo, de apenas 10 anos, morto pela polícia no Complexo do Alemão. http://t.co/Qtdt1uI6YG pic.twitter.com/BogLnNExzf
— AnistiaInternacional (@AnistiaOnline) agosto 7, 2015
En Colombia la revista Semana registró otro caso similar. En marzo algunos miembros del Ejército asesinaron a Edwin Cacerolo, un jefe de las Farc que actuaba en parte del suroccidente de Colombia, donde era considerado el mayor extorsionista de la región. Según el parte oficial, el jefe guerrillero murió en un enfrentamiento. Pero al revisar con cuidado las pruebas, Semana mostró que el jefe guerrillero fue emboscado y asesinado, para reclamar una millonaria recompensa.
El revelador caso de ‘Cacerolo’ jefe guerrillero que puso en líos a integrantes del #Ejército http://t.co/2Mt6kkqFAy pic.twitter.com/A3dVAa2rEe
— Revista Semana (@RevistaSemana) agosto 2, 2015
El caso relanzó el debate sobre el comportamiento de algunos miembros del ejército colombiano, que ha sido investigado por más de 4.000 casos de llamados “falsos positivos”, donde asesinaron inocentes y los presentaron como guerrilleros muertos en combate para inflar la cifra de bajas.
http://t.co/b2MpnOD4gc bandidos de camuflao con insisgnias de nuestro @COMANDANTE_EJC vuelven y enlodan el nombre del glorioso sinverguenzas
— Yhon Flabio García A (@yhonflabio) agosto 3, 2015
¿Qué está pasando como para que en América Latina todas estas noticias hayan sucedido en pocas semanas? ¿Por qué muchos ciudadanos piensan que no hay porqué respetar la vida de los delincuentes? ¿Todo vale con tal de combatir la inseguridad?