En América Latina poco se sabe de Azerbaiyán. Tal vez algunos recuerden este país de Asia Central porque patrocinó el Atlético de Madrid, el club dirigido por el argentino Diego Simeone. En las camisetas del equipo colchonero, el logo de Azerbaiyán estaba acompañado del lema: “Land of fire”, la tierra del fuego. Pero detrás de ese eslogan publicitario, se esconde una oscura realidad.
Azerbaiyán, que perteneció a la Unión Soviética y tiene fabulosas reservas petroleras, es dominada desde hace varias décadas por la familia Aliyev. Primero fue Heydar, que al morir en 2003 le transmitió el poder a su hijo Ilham. El país se ha convertido en una especie de finca familiar, donde criticar al gobierno es tomar riesgos fuertes.
La última víctima del régimen es la periodista de investigación Khadija Ismayilova, que fue condenada el pasado primero de septiembre a más de siete años de prisión, por cargos de malversación de fondos, evasión fiscal, actividades comerciales ilegales y abuso de poder. Para muchas organizaciones internacionales no queda duda que la sentencia es política, una advertencia para quienes se atrevan a denunciar los abusos del poder.
Ismayilova, que nació en la capital Baku en 1976, pasó por numerosos medios locales y dirigió la cadena local de Radio Free Europe/Radio Liberty. Es una de las reporteras más destacadas de la prestigiosa red de OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) que articula varios esfuerzos periodísticos en Europa del Este.
Con obsesión, expuso la corrupción oficial, particularmente en el círculo más cercano del presidente Aliyev. Denunció suntuosos contratos y encontró propiedades de los hijos y la esposa del mandamás. También mostró como el clan Aliyev controla minas de oro, compañías aéreas, empresas de telefonía celular del país, entre otros negocios.
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— No Turkey/Azerbaijan (@StopTurkishGov) septiembre 9, 2015