El día en que el máximo tribunal de Venezuela tuvo que dar explicaciones

“Sendas sentencias aclaratorias” fueron emitidas por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela para modificar las sentencias 155 y 156 (que le devolvían teóricamente sus competencias a la Asamblea Nacional, mayormente opositora) que generaron el rechazo internacional y nuevamente calentaron el clima político en Venezuela.

El 1° de abril, luego de trasnocharse, la junta directiva del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela informó sobre la nueva decisión, que trajo más dudas. Si bien en la mañana fueron publicadas en la página del Tribunal las sentencias 157 y 158 que modificaban las anteriores decisiones, durante el resto del día la página se cayó.

El “impasse” entre el Ministerio Público y el TSJ obligó al máximo tribunal no sólo a corregir sentencias de la Sala Constitucional, sino a abrir sus puertas para explicarle al cuerpo diplomático acreditado en el país que el Supremo no es parte ni tiene conflicto con otros órganos de la administración pública, sino que es árbitro.

No todos se quedaron para escucharle, menos después de que el viernes 31 de marzo, todo el cuerpo diplomático asistiera a una convocatoria del Tribunal para, luego de esperar unas horas, salir sin ninguna información porque la actividad fue finalmente suspendida.

En esta segunda oportunidad asistieron unos 60 funcionarios, entre embajadores y altos cargos diplomáticos. Sin embargo, no todos se quedaron para contarlo.

Esta crónica fue escrita por Luz Mely Reyes para Efecto Cocuyo y es republicada en CONNECTAS gracias a un acuerdo de difusión de contenidos.

La espera que desesperó

Eran las 10 de la mañana y aun el acto no se iniciaba. Miembros del cuerpo diplomático acreditados en el país esperaban en el auditorio principal del Tribunal Supremo de Justicia.

En otro auditorio, pero de la Sala Plena, se reunían también los periodistas. No había espacio para hacer preguntas. No las pensaban hacer algunos diplomáticos –“yo vine solo a escuchar”, comentó uno- ni los periodistas podrían formularlas luego, aunque el “pacto” fue roto.

Entre cafés y refrigerios, los diplomáticos esperaban en una antesala y algunos cotilleaban. Intentaban cruzar impresiones sobre la decisión de la fiscal Luisa Ortega Díaz tras señalar que las sentencias 155 y 156 rompían el orden constitucional.

Por segundo día consecutivo atendían el llamado del Supremo. El viernes estaban todos, comentó otro de los asistentes. Pero este sábado había 60 personas, aunque todos habían confirmado, según reportaba una de las asistentes del protocolo a su supervisor.

Entre otros, se vio a los embajadores de Francia, Frédéric Desagneau; el recién llegado embajador de España, Jesús Silva Fernández; el de Cuba, excelencias de países caribeños y representantes de otros niveles de la diplomacia de países como Canadá y Suiza.

Adentro del auditorio, la mayoría esperaba en silencio, algunos tomaban fotos y otros conversaban en voz baja.

Llegadas las 11 de la mañana y algunos minutos después, aún los invitados no tenían noticia de sus anfitriones.

Mientras las siete sillas ubicadas al frente de los invitados permanecían vacías y ya había pasado hora y media de espera, Aude Maio-Coliche, la embajadora de la UE se levantó de su puesto y comenzó a despedirse de sus colegas. Le seguían el representante de Italia y el de Francia. Se le sumaría a esta salida el representante de Austria. Algunos la miraron con asombro, mientras ella abandonaba el auditorio. El embajador francés, no obstante, sí permaneció en el lugar.

Al consultarle a la diplomática europea por qué se iba, me dijo: “En mi caso es un asunto de baby sitter”. Brevemente explicó que la convocatoria fue hecha con premura y ella no pudo hacer arreglos para el cuidado de sus hijos.

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Dicen los que saben de diplomacia que una cosa es el lenguaje usado por los que manejan las relaciones entre naciones y otra lo que realmente quiere decir.

De manera que una impresión inicial de su salida puede ser que los anfitriones no cumplieron con la puntualidad, cualidad muy apreciada en otros lares pero muy tomada a la ligera en nuestro país. Sin mencionar que la UE ha mantenido una posición crítica frente a algunas actuaciones del Gobierno venezolano. El 30 de marzo, su portavoz decía:


“Las recientes sentencias de la Corte Suprema de Venezuela están poniendo en tela de juicio los poderes constitucionales de la Asamblea Nacional y restringiendo la inmunidad parlamentaria de sus miembros, elegidos democráticamente por el pueblo venezolano.”


En descargo de los magistrados, se sabría que la reunión del Consejo de Defensa de la Nación, en la víspera, se extendió hasta más allá de la una de la madrugada, luego de llegar a un consenso sobre cómo superar el “impasse” entre el TSJ y la Fiscalía; faltaría revisar las sentencias 155 y 156 para hacer las “sendas aclaratorias”, de igual manera, había que montarlas en la web -que luego se caería- y finalmente, había que preparar el comunicado.

Poco antes del mediodía se iniciaría el acto de informar a los diplomáticos cómo el Tribunal Supremo de Justicia escuchó el exhorto del Consejo de Defensa de la Nación.

Llegaron los miembros de la junta directiva, encabezada por su presidente Maikel Moreno; la primera vicepresidenta Indira Maira Alfonzo Izaguirre; el segundo vicepresidente y a la vez presidente de la Sala Constitucional, Juan José Mendoza, ponente de las polémicas sentencias; la magistrada María Ameliach; el magistrado Yván Darío Bastardo Flores, de la Sala de Casación Civil, y el magistrado Jesús Rivera, vicepresidente de la Sala de Casación social. Había otro invitado: el vicepresidente Tareck El Aissami.

Adentro ya no había espacio para los medios de comunicación. Unos minutos luego de iniciada la actividad fueron invitados a hacer tomas los camarógrafos y los fotoreporteros. Protocolo informaba que los medios digitales no podrían entrar, pero lo cortés no quita lo valiente, así que sí se pudo. Solo cinco minutos, todos en fila, como niños en un paseo escolar.

El acto con los diplomáticos fue más breve que la espera. No habían pasado 15 minutos cuando ya en el auditorio de la Sala Plena se informaba que los magistrados entrarían a leer un comunicado.

Ni despojo de funciones, impunidad ni disolución

Una vez sentados, el magistrado Moreno comentó, como lo había hecho antes, que estuvieron trabajando hasta pasada la 1:30 de la madrugada, “después de una ardua reunión en el Consejo de Defensa de la Nación”.

Entonces procedió a leer el comunicado el cual, entre otras afirmaciones, sostiene que:

“Las decisiones emanadas del Tribunal Supremo de Justicia no han despojado al Parlamento de sus funciones, así como tampoco lo han disuelto o anulado, y reconoce la inmunidad parlamentaria como una garantía de la función legislativa, con las limitaciones que establece el texto constitucional. El Tribunal Supremo de Justicia en consideración al exhorto efectuado por el Consejo de Defensa de la Nación ha procedido a revisar las decisiones 155 y 156, mediante los recursos contemplados en el ordenamiento jurídico venezolano y en tal sentido, hoy son públicas y notorias sendas sentencias aclaratorias, que permiten sumar en lo didáctico y expresar cabalmente el sentido constitucional que sirven de fundamento a las decisiones de este máximo tribunal”.

En el comunicado los magistrados también expresaron su disposición al diálogo nacional.

Culminada la lectura del texto, visto que los magistrados aun permanecían en sus puestos, y pese a la advertencia de que no habría preguntas, le consultamos a Moreno sobre la presencia del vicepresidente El Aissami y los señalamientos de que evidenciaba la no separación de poderes, y si con esta decisión se daba por saldado el impasse con la fiscal Luisa Ortega Díaz.


“La presencia del vicepresidente a quien invitamos no quiere decir que no hay separación de poderes… Nosotros, el TSJ, nunca va a tener conflicto con otro poder público, somos el árbitro. De forma que si cualquier sala del TSJ o tribunal decida a favor o en contra un asunto, no quiere decir que el TSJ se encuentre en conflicto ni con la Fiscalía ni con la Asamblea Nacional. Lo dicho por la ciudadana Fiscal de la República es respetable, por cuanto es una venezolana que tiene su opinión y allí demostramos el talante democrático que se encuentra instaurado en el país”.


Luego de que los magistrados se retiraron, siguieron las dudas. Entre ellas si las sentencias de la Sala Constitucional son revisables, si se ajustan a derecho y sobre todo, cuáles son los textos oficiales de las aclaratorias, ya que desde la mañana de este sábado la página web del TSJ se “calló”.

Una pregunta quedó en el aire: ¿Cómo quedan las competencias de la Asamblea Nacional si está en desacato?

Pero no era una rueda de prensa.

Vea a continuación las dos transmisiones de Efecto Cocuyo el sábado 1° de abril por Periscope desde el TSJ:

En el TSJ

Comunicado y preguntas a los magistrados


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