Expansión de los agroquímicos más allá del campo hacia cauces hídricos

Las normas ambientales indican que los envases de agroquímicos, luego de ser utilizados, deberán ser guardados por los grandes agricultores en un depósito.

Un envase de agroquímico flotando en el río Monday y las consecuencias para los pobladores de la zona, son nefastas.

2015El 27 de octubre del 2010, en el kilómetro 14 Monday, sobre el camino que une Minga Guazú con Los Cedrales y a menos de 300 metros del río Monday, este medio encontró decenas de envases de agroquímicos usados y desechados. Estaban a un costado del camino, al lado de un bananal y frente a un grupo de casitas habitadas. Un mes después, sobre el mismo río, aparecieron flotando envases repletos de insecticida. En caminos vecinales e incluso sobre las rutas nacionales, se observan sojales que llegan hasta el paso peatonal y de vehículos, sin respeto de las franjas de protección.

Entre los agroquímicos desechados en el kilómetro 14 Monday había insecticidas piretroides “Sentryl”, de Tecnomyl, cuyos potes advertían ser nocivos; herbicidas 2,4-D de la marca DMA 6 AgroSciences; paraquat y diquat marca Farmon, de Syngenta; glifosato marca Roundup; glifosato marca Herbimax. El olor a veneno era fuerte y el calor, en ese momento, superaba los 30 grados centígrados.

Este artículo fue realizado por La Nación de Paraguay y es republicado en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación del  ICFJ en alianza con CONNECTAS. 

Las normas ambientales indican que los envases de agroquímicos, luego de ser utilizados, deberán ser guardados por los grandes agricultores en un depósito, en espera de recolectores especiales, proveídos por las empresas vendedoras de los productos, responsables también de recogerlos. En este caso, las botellas, paquetes y cajas se encontraban al costado del camino que va a Los Cedrales, el cual es aún de tierra, pero los pobladores de la región lo usan de forma permanente.

Un mes después, el 25 de noviembre, vecinos de Presidente Franco encontraron, flotando en el río Monday, botellas cargadas con “Huracán 25 SF”, un insecticida producido por Tecnomyl a base de fenilpirazol, vencidos en septiembre. La misma etiqueta del químico advertía que se trataba de un producto moderadamente peligroso, de clase II, que es “un insecticida que actúa por contacto e ingestión. Tiene efecto sobre el sistema nervioso y, posteriormente, causa la muerte”.

El hallazgo se produjo unos metros antes de la caída de agua más visitada en Alto Paraná, el Salto del Monday. El caso fue denunciado ante la Secretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad de Presidente Franco y ante la Unidad de Medio Ambiente del Ministerio Público. La fiscala interviniente, Zunilda Ocampos, dijo que era imposible saber cómo fueron a parar las botellas al río. Los envases estaban cerrados, pero algunos derramaban su contenido rosado. Pescadores de la zona dicen que en el río disminuyó la población ictícola, pero no existen estudios que lo confirmen.

Una vez que el país permite el uso de semillas genéticamente modificadas, el uso de agroquímicos para su producción es obvio. No existiría problema si se respetaran las normas legales para su empleo, lo cual no siempre ocurre.



Este reportaje fue realizado por Mariana Ladaga para Ciudad del Este del grupo Nación de Comunicaciones, en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.
 

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