Guardianes satelitales
Juan Fernando Reyes, Bolivia
A mediados de los años noventa, una visita al norte de Bolivia le cambiaría la vida al economista Juan Fernando Reyes. En 1994 viajó a la ciudad de Cobija para acompañar un proyecto de educación ambiental, y descubrió, con sorpresa, que pese a la gran biodiversidad de la región, no había ninguna institución que trabajara en el tema ecológico. Para él, el tema ambiental es fundamentalmente una discusión económica: "¿cómo garantizar que los recursos sean sostenibles en el largo plazo con una población creciente?, ¿cómo se usan y distribuyen estos recursos?, ¿cuáles son los costos de su uso y quién los paga?" se pregunta Reyes.

Fue así como en 1997 junto con seis amigos fundaron la organización Herencia, que desde entonces promueve el desarrollo sostenible de este sector de la Amazonía, y hoy es el más acreditado centro local de investigación ambiental.

Fueron las gestiones de Herencia, con el apoyo de la Wild World Foundation y la Fundación Alton Jones, las que hicieron una realidad la creación de la Reserva Nacional de Vida Silvestre Amazónica Manuripi, una extensión de 760 mil hectáreas de bosque tropical que colinda con Perú. También tuvieron un papel protagónico, junto con el Museo Field, en la conformación de la reserva Bruno Racuá en el departamento de Pando. Para justificar estas reservas, los científicos de Herencia elaboraron detallados inventarios de flora y fauna, así como estudios socio-económicos de los habitantes. También realizaron varios encuentros con las comunidades para concertar cómo se protegerían las reservas.

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Esta experiencia le ayudó a Herencia a conformar la más completa información cartográfica de la región, que contrasta con la carencia de información que existe en las oficinas públicas de gestión ambiental del departamento, donde ni siquiera se tienen a mano mapas de la región. Desde 2006, ven lo que pasa en la selva por medio del satélite brasilero CBERS, lo que para Reyes es un logro que fue posible gracias al trabajo en conjunto con iniciativas como la MAP. Las cámaras satelitales detectan el calor y así, identifican con facilidad los incendios, una práctica que se ha expandido en el Amazonas boliviano donde ya han sido más de 300 mil las hectáreas de bosque perdidas por esta razón. Nada más entre 2009 y 2010 las quemas en la Amazonía se incrementaron en un 400 por ciento en parte por la sequía y como resultado en gran medida, según Reyes por el impacto de la Interoceánica. Ahí es cuando los mapas de Herencia le sirven a los municipios para controlar a quienes estén quemando en una zona de reserva, pues en esos momentos aveces se requieren hasta actualizaciones diarias que se publican en su página.

Con las herramientas satelitales también le hacen seguimiento a la deforestación y degradación de los bosques. Sus mapas revelan, con claridad, cómo estos fenómenos avanzan a lado y lado de la carretera Interoceánica del Sur. También allí se ven los estragos que han causado en el bosque los madereros que tumban árboles sin control en la frontera peruana. Sólo en Pando se han deforestado 328.000 hectáreas, equivalentes al seis por ciento de su territorio. El 80 por ciento ha sido en la última década.

En sintonía con su objetivo de nutrir las políticas públicas con información científica de calidad, la información que Herencia produce cada vez sirve más para la planeación y el ordenamiento territorial de los municipios de la Amazonía.

Herencia, cuyos trabajos y equipo humano de 15 funcionarios de planta y varios otros consultores son financiados principalmente por Avina, Lidema y la Universidad de Florida, busca ahora usar sus metodologías para hacerle seguimiento a otras variables que revelen también la situación social de la gente en la región. Ya trabajan en indicadores socio económicos y otros ambientales como el agua y la polución del aire.

El nombre de esta organización fue inspirado en la capacitación inicial que fue la que llevó a Reyes y sus amigos a la zona , que tenía como nombre: "Nuestros Bosques, Nuestra Herencia" . Les gusto "porque significa, por un lado, lo que recibimos de nuestros padres y, por otro, lo que dejamos a nuestros hijos. Sería deseable dejarles un mundo mejor", dice Reyes con la convicción de que en algo está aportando.