¿La hora de la legalización?

México se suma a una ola creciente de países en el hemisferio que buscan reenfocar la prohibición de la marihuana.

Marihuana, la yerba del diablo, la droga de los asesinos, la sustancia que vuelve loco. En los años 1930, así se describía la planta, que finalmente fue vetada en Estados Unidos en 1937. Ese enfoque prohibicionista inundó rápidamente a América Latina y por años, este narcótico fue tabú.
Un ejemplo de esto se puede ver en el tráiler de la película prohibicionista Reefer madness de 1936:

Pero en los últimos años, de manera tímida, se está reconsiderando este enfoque prohibicionista. La semana pasada en México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió permitirle cultivar su propia marihuana para uso recreativo a cuatro demandantes. Es un paso pequeño, pero que en el país actualmente más golpeado por el narcotráfico, fue interpretado como un signo de que algo tiene que cambiar.

Algunos piensan que el fallo de la Suprema Corte podría provocar que los cárteles dejen de vender “mota”, como llaman la marihuana en México, para enfocarse en drogas más duras.


La batalla de los partidarios por la legalización tiene sin embargo un largo camino que recorrer. En Ohio, uno de los estados más poblados de Estados Unidos, 65% de los votantes rechazaron el martes pasado una propuesta para normalizar el consumo de la yerba.

Desde hacía ya varios años la despenalización venía avanzando en Estados Unidos y muchos consideran que la decisión de Ohio un freno en seco. Oregon, Washington, Colorado, Alaska y el Distrito de Columbia ya legalizaron la droga, mientras que California, el primer Estado en legalizar el uso medicinal en 1996, tiene planeado un referendo sobre el tema para el año entrante.


En América Latina el movimiento progresa de manera tímida. En Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Colombia la marihuana está parcialmente despenalizada para consumo personal. Uruguay, de la mano del entonces presidente José ‘Pepe’ Mujica se convirtió en 2013 en el primer país del mundo en legalizar el uso, la venta y la producción de la yerba. Sin embargo, el programa apenas arranca.

¿Qué sigue ahora? Justin Trudeau, el nuevo primer ministro de Canadá, se comprometió a legalizar el uso recreacional de la droga. En Colombia un proyecto de despenalización sigue su curso mientras que Alejandro Gaviria, ministro de Salud, anunció una reglamentación para el uso de la marihuana medicinal. Así, cada vez hay más voces que insisten que la guerra contra las drogas es un fracaso y que es hora de buscar nuevas alternativas, con un enfoque de salud pública y no de represión. Desde 1971, cuando el presidente de Estados Unidos Richard Nixon declaró que la droga era el “enemigo público número uno”, millones de personas han sido encarceladas, miles han muerto y se han gastado billones de dólares sin que se vea cambio alguno. Al contrario, la violencia conquista nuevos países y la prohibición permitió construir fabulosas fortunas capaces de corromper lo que se les atraviese.


Además muchos estudios muestran que la marihuana es mucho menos nociva que otras sustancias legales. Pues mientras el alcohol provoca más de 300.000 muertes al año en América Latina y el tabaco unas 370.000, según la ONU en 2014, 6.000 personas fallecieron por usar drogas de todo tipo. Aún se debate si la marihuana realmente mata.
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