Patrones matemáticos que ayudan a hacer mejor periodismo

La periodista e investigadora de minería de datos María de Arteaga ganó el primer lugar en el “Innovation Award on Data Science” por una publicación académica que se fundamenta en el análisis de datos que aportó a la investigación periodística “Las Violaciones en El Salvador”.

Para muchos los datos y el periodismo son un divorcio seguro. Sin embargo, para la colombiana María de Arteaga, quien es miembro de ConnectasHub, esta ha sido la fórmula con la que ha construido su doble carrera como matemática pura y como periodista.

Desde 2014 inició un doctorado en Aprendizaje de Máquinas y Políticas Públicas en la prestigiosa Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos). Una especialización que le está permitiendo articular sus dos mayores intereses, la investigación científica con la investigación periodística. Es según ella, la mejor ruta para encontrar respuestas a su verdadera pasión: los problemas sociales.

Los especializados conocimientos en fórmulas, análisis de datos y sus resultados en función de identificar modelos predictivos le significó recientemente el primer lugar en el premio Innovación de Ciencias de Datos, entregado por el London Innovation Society, una reconocida organización que fomenta la innovación a favor del crecimiento económico, el progreso social, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo humano.

El trabajo premiado –Discovery of Complex Anomalous Patterns of Sexual Violence in El Salvador (“Descubriendo patrones anómalos complejos de la violencia sexual en El Salvador”)- es una publicación que María de Arteaga adelantó dentro de su doctorado, con el que busca ayudar a desarrollar un patrón matemático capaz de prevenir casos de violencia sexual en El Salvador.

“Con la investigación logramos descubrir patrones emergentes de violencia sexual. Esto podria ser implementado como un sistema de alertas tempranas que guie el diseño de politicas pertinentes”, explica de Arteaga.

Para hacerlo, la periodista analizó todos los reconocimientos forenses por denuncia de violaciones sexuales en El Salvador entre los años 2006 y 2009 bajo distintas variables: sexo de la víctima, edad, lugar de la agresión, municipio y departamento de la agresión y victimarios.

Analizar tal cantidad de información no habría sido posible sin el uso de la herramienta T-Cube, desarrollada por el Auton Lab, y con la que se hace un screening masivo de los datos para luego pasar de lo general a lo particular.

“Puedes mirar una región del país y entender cuál fue su comportamiento en el último año, en los últimos 28 días, con respecto al resto del país” dice de Arteaga. Así, saltan a la vista patrones que llaman la atención y que rompen la norma general de la información.

Es así como se identifica por ejemplo, un aumento en el número de violaciones a niñas entre los 12 y 14 años de edad, en las cuales el agresor era el novio. Hallazgos como este fueron sirvieron como base para la publicación “Violaciones en El Salvador”, realizado por la periodista Suchit Chávez para el periódico salvadoreño La Prensa Gráfica, y que se realizó en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas, un programa del ICFJ en alianza con CONNECTAS.

Al final, el objetivo de su trabajo se ha resumido en una palabra: cambio. “Cuando tú entiendes los incrementos, tú puedes desarrollar políticas públicas para prevenirlo”, explica de Arteaga, “es el caso de El Salvador, entender cómo funciona la violencia sexual es la clave para saber cómo actuar”. Es por resultados como este que confirma la válidez de su apuesta, lo que la reafirma en seguir analizando problemas sociales para aportar en algo a su solución con un enfoque matemático y con una perspectiva periodística.

 

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