Venezuela en caída libre

La incertidumbre se ha asentado entre la población, mientras la oposición se aferra a dos salidas: lograr el revocatorio, pese a la paralización del proceso, o un juicio político simbólico contra Nicolás Maduro.

Durante los últimos meses la oposición venezolana había estado trabajando, paso a paso y bajo las normas oficiales del país, para convocar un referendo que abriera la posibilidad de revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro.

“Ruta al #Revocatorio #RR vamos devolver la alegría a #venezuela #CNE #Hoy

Sin embargo, el pasado 20 de octubre, el Consejo Nacional Electoral decidió frenar el proceso siguiendo la orden de diferentes juzgados de varios estados del país, que argumentaban irregularidades en la recolección de 400.000 firmas que ya habían sido declaradas como válidas en el mes de agosto. La suspensión del proceso llegó una semana antes del siguiente paso: durante los días 26, 27 y 28 de octubre se deberían recoger el número de firmas correspondientes al 20% del electorado nacional.

#PlayEC | #Venezuela: Poder electoral suspende proceso de revocatorio contra @NicolasMaduro [VIDEO] ►https://goo.gl/SQUDjh  vía @Mundo_ECpe

Un velo de desconcierto cubrió la mirada de toda la región, que en muchos casos señaló esta acción como la prueba inminente de que Venezuela vive bajo una dictadura. Sin embargo, para los miembros del equipo oficialista, la decisión fue acertada, argumentando que hubo fraude durante la recolección de las firmas y sería inconstitucional seguir este proceso.

“Dejar al pueblo de #Venezuela sin derechos electorales es de manifiesto dejar sin legitimidad de orígen a @NicolasMaduro

“No habrá referéndum y apegados a la Constitución, no permitiremos que traten de engañar nuevamente a nuestro Pueblo. Desmontamos la trampa!”

Lo que vino a continuación responde a uno más de los procesos de intimidación y debilidad institucional que ha vivido el país desde el ingreso al poder del presidente Nicolás Maduro. Una guerra entre el Ejecutivo y la Asamblea Nacional, que ha dejado al pueblo venezolano en vilo en medio de la crisis económica y social; entre la escasez de alimentos y medicamentos, hasta los índices de violencia que convierten a varias ciudades del país en lugares donde se concentran los números más altos de homicidios en el mundo.

Una vez suspendido el camino al referendo, llegaron acciones de cada uno de los lados. Durante la plenaria del 23 de octubre en la sede del Parlamento, donde se discutía el posible juicio político que debería enfrentar Maduro, un grupo de chavistas asaltó de manera violenta las instalaciones del edificio estatal, dejando varios heridos y ofensivas contra políticos de la oposición y periodistas.

Por su parte, la oposición, liderada por el gobernador de Miranda y ex candidato presidencial, Henrique Capriles, marchó el pasado miércoles 26 de octubre en lo que llamaron la Toma de Venezuela.

Una manifestación que se estima reunió a 1,2 millones de personas en todo el país, pero que también dejó alrededor de 80 personas heridas y decenas de detenidos.

 

En estos días, Venezuela transita de un lado al otro, movida y potenciada por la rabia. Aunque hay señales y amagues de diálogos, como la mesa en la isla de Margarita propuesta por el Vaticano, la Mesa de la Unidad Democrática (la coalición de la oposición) descartó la posibilidad de viajar y dicen que solo se sentarán a hablar cuando se reactive el referendo. Mientras tanto, el juicio político contra Maduro por “violaciones a la Constitución, los Derechos Humanos y la democracia” comenzará el próximo 1 de noviembre, según lo establecido por la Asamblea Nacional. Aunque, el “juicio político” es una figura que no existe en la Constitución, en sentido estricto.

También se convocó a un paro nacional este viernes, 28 de octubre, y una nueva marcha masiva el próximo 3 de noviembre convocada por la MUD, “si no vuelve el orden constitucional”.

Sin embargo, la política venezolana, tan impredecible e inestable como ha demostrado ser en los últimos años, parece no dar nada por sentado. El vértigo terminará cuando toque suelo después de esta caída libre, que aún no tiene fecha de caducidad.