En algunos casos, los migrantes deciden pagar por un cruce clandestino a sabiendas de las sanciones que se exponen. En otros, son convencidos de que todo será legal, pero al final del viaje les quitan hasta el último céntimo y los abandonan en el altiplano.
Los traficantes los dejaron abandonados a su suerte en una tierra casi deshabitada.
Se han encontrado casos de funcionarios que facilitan el paso de mujeres para luego meterlas en redes de trata con fines sexuales.
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